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A Jena Larose le encanta mantenerse en forma. Tener un entrenador que se preocupa por su entrenamiento como Van Wylde la ayuda a motivarse de muchas maneras. El imbécil de su marido no le da motivos para sentirse bien. Pero tiene razón en una cosa. Su esposa se merece un buen masaje y Van está feliz de ser el hombre para aceitar las grandes tetas de Jena y deslizar su gran polla dura arriba y abajo entre ellos. Jena consigue el entrenamiento de su coño ha sido anhelando y llega a frotar su mariditos cara también.
Jena Larose loves to stay in shape. Having a trainer who cares about her workout like Van Wylde helps motivate her in many ways. Her no-good jerk of a husband sure isn’t giving her reason to feel good. He is right about one thing though. His wife deserves a good massage and Van is happy to be the man to oil up Jena’s big tits and slip his big hard cock up and down between them. Jena gets the workout her pussy has been craving and gets to rub it her hubbies face too.
